Skip to main content

El Guadiana de la innovación, por José Manuel Casado

(Tiempo estimado: 6 - 11 minutos)
José Manuel Casado

Tengo la sensación de que la innovación es como el “Guadiana”: aparece y desaparece cada dos por tres. En estos momentos, da la sensación que el agua de ese río luce más azul, porque últimamente, con mayor insistencia que hace algunos años, se viene recalcando e insistiendo sobre la importancia de la innovación. Se realizan y publican análisis, estudios o investigaciones que intentan cuantificar lo importante que es la innovación para el éxito de las empresas.  

Le facilitaré algunos resultados y datos de alguna de estas investigaciones: 

  • Las empresas innovadoras son capaces de conseguir crecimientos superiores al 20%. 
  • Las organizaciones que generan el 80% de sus ingresos a partir de productos nuevos duplican su valor de mercado cada cinco años. 
  • Cerca del 83% de los directivos a nivel mundial considera que sus empresas van a depender en mayor medida de la imaginación y capacidad de innovación que tengan sus profesionales. 
  • “Aquellas empresas con una cultura de innovación bien integrada en su estrategia son un 32% más productivas y pueden quintuplicar sus ingresos” o “cerca de un 30% de las empresas mejor preparadas piensan que la innovación es una vía importante para liderar su industria y más del 20% consideran que es una manera de hacer crecer su negocio”, según sostiene el reciente e interesante informe “Innovation Mindset: Acelera el Futuro Digital de Tu Organización”, realizado por Vodafone y divulgado recientemente, entre otros, por APD. 
  • La innovación, en empresas de alta tecnología, es lo que justifica el valor bursátil de las compañías y los incrementos de salarios de entre un 15 y un 23% para especialistas tecnológicos y altos directivos. Si no, fíjense en Jensen Huang, considerado hoy en día como “el mayor visionario de nuestra era”, que se pagó los estudios trabajando como camarero y que fundó Nvidia en 1993; empresa que, a finales de febrero de este año, sorprendió al mercado anunciando un incremento de beneficios del 581%, después de haber cerrado 2023 con una subida en Bolsa de 238% y que, a 29 de mayo de 2024, ya cotizaba a un máximo histórico de 1.148,15 dólares por acción.
  • Etc., etc.

Los números son necesarios para una gestión acertada, aunque, como dijera Einstein, “no todo lo que se puede contar cuenta, ni todo lo que cuenta se puede contar”En ocasiones, dicha cuantificación puede resultar casi obsesiva, aunque parece responder a ese higiénico principio de gestión que reza que “lo que no se mide, no se consigue”. Ya sabe que los números en las empresas siempre producen tranquilidad, y quien suscribe también está convencido de la necesidad de estos para una gestión acertada, aunque también soy de los que piensan que, como dijera Einstein, en una empresa, como en la vida, “no todo lo que se puede contar cuenta, ni todo lo que cuenta se puede contar”.  

Aunque, si le digo la verdad, es curioso, cuando no sorprendente, observar a comités de dirección, o grupos de altos directivos, comentar, analizar y enfrascarse en discusiones estériles, por ejemplo, sobre los resultados de un estudio de clima laboral, de satisfacción de clientes o de innovación (dimensiones cualitativas) y comprobar cómo estos se fijan hasta en los decimales y en los más mínimos detalles cuantitativos para sustentar racionalmente sus opiniones (sin duda, también subjetivas) para contradecir o descalificar los pareceres cualitativos de otros, llegando incluso a perder la razón. Cuando asisto a alguna de estas situaciones dantescas me acuerdo frecuentemente del sabio cuadro titulado “El sueño de la razón produce monstruos”, un aguafuerte de la serie de “Los Caprichos” de nuestro ilustre pintor Francisco Goya. Ya sabe que cuando la razón se pierde aparecen siempre visiones fantasmagóricas y monstruos salidos de la oscuridad.

La principal palanca

No obstante, si tuviéramos que determinar las palancas necesarias para hacer de su empresa una organización innovadora, me atrevería a resaltar cuatro principales:  

  1. Ecosistema Colaborativo: Capaz de convertir las ideas creativas en innovación, colaborando con start-ups, universidades, centros de conocimiento, expertos e ignorantes (sí, sí, ignorantes, luego le cuento), otros socios externos, etc. 
  2. Metodologías: Desing Thinking, Scrum, Agile, Lean Innovation, Kanban, etc.
  3. Tecnologías: Ciberseguridad, IoT, tecnologías de conectividad como redes privadas 5G o SD Network, Big Data, Realidad Virtual, etc.
  4. Cultura: Apoyo y compromiso de la alta dirección, tasa de fracaso de iniciativas, tolerancia al error, participación y feedback de empleados, reconocimientos, premios de ideas, etc.

De todas ellas, la última se me antoja como la principal para hacer que su empresa sea más competitiva. Detengámonos en el caso de Google y su carrera por la IA. La prensa se está haciendo eco estos días de si el buscador hegemónico triunfará o no en el liderazgo de la IA. A principios de 2023, solo unos pocos meses después del lanzamiento del revolucionario ChatGPT de OpenAI, Google se preparaba para lanzar su herramienta para competir, que presentaba fallos lo que provocó que al día siguiente de su presentación Google perdiera en un solo día en la Bolsa la nada desdeñable cantidad de 100.000 millones de dólares. Incluso este año, el jueves 22 de febrero de 2024, Google suspendió la creación de imágenes de personas en su IA Gemini, por problemas e inexactitudes de imágenes en términos de género y diversidad de temas históricos.

La principal razón es que se habría producido una lucha interna entre diferentes líneas de negocio de la mastodóntica empresa y muchas de ellas lanzaron sus modelos rivales de AI que competían por la atención interna, pero ninguno de ellos superaba al de OpenAI o Microsoft; entre otras cosas por la cultura de silos; es decir, porque la organización se había convertido en un popurrí de reinos de taifas en los que cada líder de división miraba más por la suya que por la empresa.  

Además, los recientes despidos y la falta de liderazgo estaban provocando una gran confusión en este gigante que tenía una posición privilegiada en el mercado para haberse convertido en el triunfador en IA. Esto nos demuestra, una vez más, que los problemas culturales y organizativos son fundamentales a la hora de innovar y que los reinos de taifas o feudos organizativos son una barrera importantísima para la innovación.Los problemas culturales y organizativos son fundamentales a la hora de innovar

Por ello, mi recomendación es que, teniendo en cuenta que el mundo ha cambiado totalmente y que el entorno ha pasado ya de ser VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo; concepto ya obsoleto) para convertirse en BANI (Brittle, Anxious, Nonlinear e Incomprehensible, por sus siglas en inglés y que en español podríamos traducir como frágil, ansioso, no lineal e incomprensible), debemos considerar lo que esto significa para la gestión.  

Le aseguro que los tradicionales modelos de negocio, las operaciones, las habilidades, las maneras de entender el liderazgo, la gestión del talento, etc., han cambiado; se han quedado anticuadas porque pertenecen a un mundo lineal. Ahora necesitamos entrenar y trabajar a fondo la gestión exponencial.  

Estamos ante lo que Salim Ismail llama la Organización Exponencial (ExO), que se define como “una organización cuyo impacto es desproporcionadamente grande, al menos 10 veces más que su competencia, debido al uso de nuevas técnicas organizativas que se enfocan en el uso de tecnologías de aceleración”. 

Pensar exponencialmente 

191 guadiana bombillaLa clave para tener éxito en este nuevo entorno es pensar exponencialmente, porque si continuamos pensando linealmente, nuestras estructuras, operaciones, gestión, estrategias y desarrollo de producto también serán li-neales; lo cual hace muy difícil que seamos disruptivos. Por ello, las organizaciones tradicionales y matriciales siguen creciendo con un modelo de economía de escala que hacen que el cambio y la disrupción no sean posibles. Lo que les ocurre a estas empresas es que, de repente, surgen competidores que sí han entendido el mundo exponencial y que con unos costes y estructuras mínimas (equipos muy pequeños) y con una enorme agilidad y velocidad pueden ponerlos contra las cuerdas en cuestión de días.Si continuamos pensando linealmente, nuestras estructuras, operaciones, gestión, estrategias y desarrollo de producto también serán lineales

El crecimiento exponencial tan veloz se convierte rápidamente en disruptivo. Como decía Clayton Chris-tensen en su libro clásico The Innovator´s Dilemma, la innovación disruptiva casi nunca proviene del statu quo. Hoy, los outsiders tienen todas las ventajas. Los no expertos, los que no tienen nada que perder en ese campo, son los que pueden crear algo verdaderamente disruptivo y revolucionario. La amenaza real casi para cualquier negocio no proviene de la competencia, sino de las start-ups. En un gran número de casos y ocasiones, los expertos se convierten en frenos y desaceleradores de la innovación porque ven siempre “más de lo mismo” y los demás les siguen y aceptan de buen grado lo que dicen estas personas especialistas.La amenaza real casi para cualquier negocio no proviene de la competencia, sino de las start-ups

Ejemplos para la reflexión

Antes le hablaba de los denominados “ignorantes”, para referirme a talentos que sin tener ni idea, ni experiencia de un negocio o sector, pueden generar una disrupción importante en la industria.

Recordemos, por ejemplo, el caso de Jack Andraka, una persona que ¡¡¡con tan solo 14 años!!! (impresionante) desafió a toda la industria farmacéutica y desarrolló un test para la detección precoz del cáncer de páncreas que costaba únicamente tres centavos. Ya sabe que el diagnóstico precoz de esta fatal patología es crítico para su curación. 

Esto supuso un coste 26.000 veces menor, era 400 veces más sensible y 126 veces más fiable que los diagnósticos de entonces. Perfiles como los de este chico y sus pequeños equipos son los que están desafiando el mundo lineal y surfeando el mundo exponencial con enorme éxito. Y lo más curioso es que lo hizo simplemente con Internet y Wikipedia.  

Le pondré otro ejemplo. ¿Conoce la historia conmovedora de Emma Yang? Es el caso de una niña que, con tan solo 12 años, creó una app para comunicarse con su abuela enferma de Alzheimer; enfermedad que padecen, según la Alzheimer's Society de Reino Unido, unos 45 millones de personas en todo el mundo.

La propia Emma contó que comenzó su aventura llaman-do a expertos y súper especialistas de Nueva York en esta dramática enfermedad, para hablarles de su idea de crear una app para las víctimas de esta patología, pero nadie le respondía. Alyssa Tam, su madre, llegó a decir: “Creo que ni siquiera creyeron que fuera algo serio: alguien de 11 años intentando comunicarse con ellos", afamados y endiosados especialistas. A pesar de ello, la obstinada niña logró avanzar en este asombroso proyecto, abriéndose paso en la jungla de cemento de Manhattan basándose en su ingenio y perseverancia. 

Pero… ¿qué movió a Emma a desarrollar la aplicación para dispositivos móviles? Su deseo no fue comercial, sino que ella quería mitigar la angustia que sentía al ver cómo su octogenaria y querida abuela paterna –quien vivía en Hong Kong y la crio hasta los 10 años, cuando se trasladó a Nueva York para vivir con su padres– padecía un deterioro cognitivo provocado por la enfermedad, algo que percibía cada vez que, dos veces por semanas, hablaba con ella.

"Quiero usar la tecnología para poder comunicarme con mi abuela, ayudarla a reconocer gente a su alrededor y que esté al día con nosotros, aunque vivamos tan lejos". ¡Y vaya si lo consiguió! Creó la app Timeless, que en inglés significa "Eterno”. Ese fue  su primer proyecto real. Al parecer, Yang adquirió sus conocimientos de programación precozmente: a los 8 años entró al mundo de la programación básica de la mano de su padre, un ingeniero de software.

En definitiva, en esta era no lineal, en la que “el Guadiana de la innovación” vuelve a aparecer, debemos tener en cuenta que la innovación no es una buena idea, sino un imperativo de negocio para que a su empresa no le pase lo que les sucedió a organizaciones como Kodak, Blockbuster, Yahoo, Nokia, Polaroid y tantas otras.


 José Manuel Casado González, socio fundador de 2.C Consulting y presidente de Qaracter.

Artículo publicado en Executive Excellence n191, junio-agosto 2024.


Últimos artículos