¿Te sientes K.O.? Cambia a O.K. Reinvéntate
Cuando una crisis se alarga, decía Cervantes, no te inquietes: al contrario, es buena señal y debes alegrarte, pues el fin de la desdicha está cercano, ya que bienes y males en la vida no son duraderos y se suceden como bajamares y pleamares.
Parece que, poco a poco, vamos a mejor, aunque probablemente el 2011-2012 va a ser también periodo récord en número de profesionales que buscan orientación para explorar alternativas y oportunidades de trabajo en el mercado. Ajustes de plantilla y despidos masivos han sido, como en otras ocasiones, las primeras medidas a tomar en esta época de crisis e incertidumbre que vive el mundo de las organizaciones. Se vuelven a resolver los viejos problemas con los viejos métodos.
Son muchos los directivos que han visto su carrera profesional alterada, han perdido o van a perder el empleo, o están en situación de prejubilación en edad profesional cualificada. El rango de edad es amplio: desde los que rondan los 30 hasta los que de sobra han cumplido el medio siglo.
Para muchos, especialmente después de los 50, el volver a ocupar un puesto en una empresa no es tarea fácil, pues también las opciones son comparativamente menores. Por ello, hay que invitar a la persona a intentar ampliar su campo de alternativas. “Si piensas que puedes o piensas que no puedes, siempre vas a tener razón”, decía Henry Ford. Las dificultades y resistencias a vencer en el logro de nuestras metas profesionales y personales en la vida son variadas, pero las más difíciles de superar residen en nosotros mismos: son las barreras psicológicas, las percibidas a priori, las que más nos frenan o inmovilizan.
Es entonces el momento de romper estas barreras y reinventarse. Hay que hacer un fossbury en el aire como hizo el primer campeón olímpico que saltó de espalda, poniendo su nombre al nuevo estilo y dejando para el pasado el clásico rodillo ventral. Grandes maestros como Gary Hamel o Warren Bennis recomiendan medidas para reinventar la empresa en épocas de incertidumbre. Algunas pueden ser perfectamente válidas y aplicables a uno mismo para reinventarse como persona y como profesional. Vístete con tu mejor traje y comienza a poner en marcha algunas de estas prácticas para despertar tu dormida excelencia.
1. Para empezar, no mueras nunca. Tú no puedes morir: no tienes tiempo para ello, porque tú estás reservado para un gran proyecto; nace un poco más cada día, pues quien no está cada día para nacer, está para morir, como dijo Bob Dylan.
2. Proponte expectativas poco razonables. Sé fantasioso y plantéate una innovación discontinua, no lineal. Por ejemplo, en lugar de buscar un puesto de trabajo en una empresa donde se aproveche tu experiencia, busca clientes dispuestos a pagar por los servicios que, debido a tu indudable experiencia, tú eres capaz de aportar.
3. Amplía la definición de ti mismo. Además de definirte por lo que haces, defínete por lo que sabes, por aquello en lo que eres realmente bueno, por tus competencias clave y tus activos más valiosos. En lugar de preguntarte por qué voy a intentar esto, pregúntate por qué no lo voy a intentar.
4. Más que un mero negocio, inventa una causa y cree en ella. El éxito, como la felicidad, más que buscarse, surge. Es la consecuencia de la dedicación personal y entusiasta a una causa más grande que uno mismo, a un servicio a los demás.
5. Anda con tres pies. Utiliza los tres pilares de tu liderazgo para andar: competencia y experiencia, ética e integridad, y motivos y sana ambición. No pierdas ninguna de las tres patas de tu taburete personal y profesional para que se mantenga firme.
6. Busca consejo. Utiliza asesoramiento y consultoría de personas que te conocen y te quieren (amigos, cónyuge, familia). No olvides que la mejor “consultoría” en la vida es la que sale gratis.
7. Sé un cormorán libre. En algunos países utilizan los cormoranes con un anillo en el cuello, de forma tal que, cuando el ave detecta un pez, puede comer los de pequeño tamaño, pero no los grandes, que le son arrebatados por su dueño. No seas nunca como estas aves. Pesca los peces para ti.
8. Además de probarte a ti mismo, trata de ser tú mismo. No olvides que, si tú has tenido éxito en tu carrera y en tu vida, lo tendrás también en tus procesos de transición y en los proyectos que abordes.
9. Conduce tu carrera y tu futuro, no te dejes arrastrar por él. Sé dueño de ti mismo. Las cosas importantes en nuestra vida, como el trabajo y la carrera, no debemos delegarlas, sino que debemos implicarnos en ellas si queremos ser, al menos en parte, arquitectos de nuestra propia vida y de nuestro propio destino. De lo contrario, pagaremos precios muy altos. Hay que luchar siempre por la libertad, el amor y la carrera profesional. Si nos las regalan, o no valen nada o, si valen, no las damos importancia.
10. Actúa. Adopta una actitud proactiva y de iniciativa. Frecuentemente las alternativas mejoran mucho cuando te decides a actuar. Quienes triunfan tienen una clara tendencia a la acción. Se aprende más de los fracasos que de los éxitos, por lo que la acción seguida de “fracaso” es una fuente de experiencia.
11. Sigue tres recomendaciones infalibles para lograr el éxito. Siempre las hacemos:
l Levántate temprano.
l Trabaja duro.
l Encuentra petróleo.
No te rías, pues la cosa va en serio. Estas recomendaciones, juntas, no fallan casi nunca, pues, cuando uno se concentra en las dos primeras, logra con seguridad la tercera.
José Medina, presidente de Odgers Berndtson Iberia.
Artículo de opinión publicado en Executive Excellence nº80 abr11