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Siemens: sostenibilidad en práctica

(Tiempo estimado: 4 - 8 minutos)

SOSTENIBILIDAD / GESTIÓN EMPRESARIAL / INVERSIÓN

Licenciada en Matemáticas, desarrolló sus primeros años como profesional en multinacionales como NEC en Alemania y WordPerfect en España. En 1991 empezó en Microsoft Ibérica como directora de Soporte Técnico, y cuatro años después se fue a la sede central de Microsoft en Redmond (EE.UU.) para colaborar directamente con el actual CEO y presidente, Steve Ballmer, como directora de Proyectos Estratégicos Corporativos.

En 2000, Rosa García fue nombrada directora general corporativa de Ventas y Marketing de Partners de Microsoft. En mayo de 2002 volvió a España como presidenta de Microsoft Ibérica. En sus seis años en el cargo la compañía triplicó su volumen de negocio y consiguió ser reconocida como la mejor empresa para trabajar en España. En julio de 2008 fue nombrada vicepresidenta de Microsoft Western Europe para la nueva división de Consumo & Online.

Después de más de 25 años de experiencia en la industria de las Tecnologías de la Información, desde octubre de 2011 asume una nueva etapa profesional como presidenta de Siemens en España.
Tras su intervención en Hoy es Marketing de ESIC, nos concedió esta entrevista.

FEDERICO FERNÁNDEZ DE SANTOS: Tras una larga trayectoria en el sector IT da el salto a la ingeniería alemana. ¿Cuál es su experiencia sobre las diferencias y choques culturales que se producen entre las empresas? 
ROSA GARCÍA: Lo primero que te diría es que tuve excelentes profesores de formación. En esto Siemens es “muy alemana” y durante meses, ocho horas al día, estuve acompañada en mi despacho por diferentes ingenieros. Siemens tiene una solución tecnológica para casi cada gran reto del mundo, y su finalidad fue entender todas ellas, hasta conocerlas perfectamente y además poder contarlas.
En segundo lugar, hice un profundo esfuerzo de entendimiento, para comprender cómo se hacían las cosas en Siemens. Es fundamental actuar sin arrogancia y darse cuenta de que, no por estar 20 años en una empresa, lo que te funcionó allí te va a funcionar ahora en esta. Por supuesto que cometí algunos errores, porque, después de trabajar de una forma determinada durante tanto tiempo, hay cosas que te salen de manera natural. Por ejemplo, algo tan nimio como mandar un correo electrónico a una persona sin poner a tu jefe en copia. En una empresa americana, esto es muy normal, pero en una alemana no. He aprendido esos pequeños detalles. 
A veces hablo con mis colaboradores de estas cosas. Si quieres que tu gente acabe convencida o acepte ciertas ideas y cambie, hay dos opciones: la de ser absolutamente radical y vender tus propuestas con independencia de cómo sean las personas, o la de intentar escuchar y entender qué les motiva, para hacerles más sencillo el cambio.

F.F.S.: Nos decía Salim Ismail (fundador de Singularity University) que la aplicación de los desarrollos tecnológicos en salud revolucionará este sector, hasta el punto de que “el 80% del trabajo de los médicos será reemplazado por la tecnología en una década”. Siemens es uno de los proveedores de tecnología sanitaria más grandes del mundo. ¿Cómo valoran el futuro de este sector desde Siemens? 
R.G.: Entendemos que, en este momento, hay una sanidad que está al borde de no ser sostenible. Afortunadamente, hemos conseguido que la gente viva más y, al hacerlo, acaba teniendo una serie de enfermedades crónicas. También hemos sido capaces de liberar a las personas de la muerte por causas que, hasta hace pocos años, eran muerte segura, como el cáncer o los ictus cerebrales; pero, por desgracia, de este tipo de enfermedades se sale convertido en un enfermo crónico. 
Esto hace que los gastos sanitarios, comparados con los budgets de los países, sean problemáticos. Hemos descubierto que, gracias al uso de avances tecnológicos –en concreto, los análisis sanguíneos y los análisis in vitro (por imagen)–, estamos detectando enfermedades en un estadio mucho más inicial de lo que se hacía hace unos 20 años.
Próximamente, vamos a organizar pequeñas exposiciones donde se podrán comparar las imágenes radiológicas o de PET que se usaban hace 10 años y las que se usan ahora, y nos daremos cuenta realmente de la diferencia. Esto va a seguir siendo exponencial en todos los sentidos. Cada vez más, podremos identificar enfermedades antes y seremos capaces de dar a los médicos mayor apoyo durante las operaciones de corazón o en el momento de un ictus. Esto hará que la gente pueda acabar 100% sana o sin necesitar apoyos después de la operación.

F.F.S.: Siemens España está apostando por proveedores españoles en sus proyectos internacionales (como la mayoría de los que colaboraron en la construcción, por parte de su compañía, de la primera línea de metro en Santo Domingo). ¿Por qué Siemens ha querido trabajar con socios españoles fuera de sus fronteras? 
R.G.: Principalmente por dos motivos. Primero, porque muchas de estas empresas españolas son tecnológicamente magníficas. De las diez constructoras más importantes del mundo, cinco son españolas. Compañías como Abengoa o Técnicas Reunidas son ingenierías líderes y, por supuesto, con esas empresas queremos juntar nuestro liderazgo. Pero no solamente contamos con las grandes para los proyectos internacionales; por ejemplo, Tecnoaranda es una pequeña empresa de Burgos, que se dedicaba a hacer temas metálicos, y que ahora nos hace los postes de la mayor parte de nuestros aerogeneradores. 
El segundo motivo tiene que ver con ayudar a hacer país. Siemens lleva aquí 117 años y tenemos claro que, para que a nosotros nos vaya bien, a España le tiene que ir bien. Las soluciones que aportamos van a ayudar al país a avanzar, pero hay que tener el dinero necesario para invertir. Esta es una tarea de todos, por eso tenemos que ser generosos, contribuir a que se deteriore lo menos posible el empleo en España, especialmente el juvenil, y aportar nuestro granito de arena. En Siemens estamos muy comprometidos con la formación, a través de nuestra FP dual, tanto en Madrid como en Barcelona, con un programa de Mecatrónica absolutamente puntero.

F.F.S.: El consejero delegado de TÜV Rheinland, Ignacio Mosso, nos decía que progreso tecnológico y sostenibilidad son ya inseparables, y que el llamado empleo verde puede ser una fuente de generación de puestos de trabajo por desarrollar y explotar. ¿Hasta qué punto la sostenibilidad es uno de los core assets dentro del Grupo?
R.G.: La sostenibilidad está en el centro de nuestras cuatro áreas de actividad. Hemos mencionado ya nuestro trabajo por una sanidad más sostenible; pero también en el área de energía es así. Intentamos que la producción sea cada vez más barata, que la transmisión pierda cada vez menos y que además la energía sea menos contaminante; de ahí que seamos muy fuertes en eólica. 
Del mismo modo en industria, donde nos esforzamos por hacer industrias sostenibles desde el primer minuto y por seguir produciendo en Alemania o en España –donde los costes salariales no son en ningún caso similares a los de China o India–, aportando tecnología.
Por último, las ciudades que, en este momento, empiezan a ser insostenibles. El 75% de la población vive en ellas y es curioso comprobar cómo, cuando uno deja el entorno rural y se mueve a la ciudad, se convierte en altamente contaminante: consume mucha más agua, produce más CO2, más basura, etc. De seguir así, agotaremos los recursos del planeta. Por eso en Siemens estamos constantemente pensando en cómo ser más sostenibles, porque además, en este momento de la historia, ser sostenible es rentable. 
Podemos lograr fábricas que consuman el 40% menos de energía, con el ahorro que eso supone, y hacer edificios inteligentes que consuman entre el 30% y 40 % menos de energía, y estas inversiones son tan baratas que se pagan en muy pocos años. Es decir, no solamente hacemos cosas que son sostenibles a nivel medioambiental y muy eficientes, sino que el retorno es tan rápido que se autofinancian. Dentro de poco, una fábrica que no sea verde no será competitiva, porque no podrá permitirse sus elevados costes de energía.
En Siemens apostamos por la triple sostenibilidad. En primer lugar, la económica. Se necesita crear una economía sostenible basada en el valor para la sociedad. Todo lo que hacemos en Siemens se puede tocar y, además, son cosas que la sociedad necesita y está demandando. Pero no solo sirve hacer una economía sostenible, sino también socialmente responsable, comprometida con los problemas del entorno: con un 50% de paro juvenil, con el 22% de los niños que en España se sitúan por debajo del umbral de la pobreza… Y, por último, ecológicamente verde. Cuando hablo con otros empresarios, suelo invitarles a analizarse, a preguntarse si están ayudando a esa triple sostenibilidad; porque, si no lo hacemos, el mundo acabará explotando, y no lo podemos permitir.


Entrevista publicada en Executive Excellence nº104 jun13

 

 


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