Circo del Sol: la fábrica de los sueños
Bufones, trovadores, mendigos, viejos aristócratas y niños constituyen el elenco de artistas, junto a los clásicos payasos –imperturbables al paso del tiempo–, creando una atmósfera mágica llena de fantasía, donde el vestuario –trajes de época versallesca–, la iluminación, la música y la puesta en escena dan sentido al espectáculo.
La primera vez que la compañía pasó por España –también con este espectáculo– fue en 1998, aunque con una versión diferente que ha ido evolucionando en numerosos aspectos relacionados con el ritmo, la calidad y la presencia de nuevos artistas y números.
Orígenes y Evolución
El nacimiento del Circo del Sol, con sede en Québec (Canadá), se remonta al año 1984 cuando Guy Laliberté (1959), un acordeonista y tragafuegos canadiense, puso los cimientos de este mega proyecto reclutando artistas de la calle. El proyecto estaba basado en una concepción original del circo tradicional en la que se daban cita junto a los ejercicios circenses, una combinación de vestuarios llamativos, un juego de luces y vestuario mágicos, un fondo original de música y una coreografía muy cuidada. Y todo ello sin contar con ni un solo animal, algo típico del mundo del circo.
El primer espectáculo de la compañía llevó por nombre La Magia Continúa, y enseguida se vio obligado a viajar, junto a una carpa entonces azul y con capacidad para 800 personas, por varias ciudades canadienses. Tras tres años de duro trabajo, en 1987, la compañía logra poner los pies fuera de su país, concretamente en Estados Unidos, con su show We reinvent the circus. En 1990, en Montreal (Canadá), se estrena con una nueva carpa –la Grand Chapiteau actual, con capacidad para cerca de 2.500 espectadores, 50 metros de diámetro y 25 metros de altura– el espectáculo Nouvelle Experience. Pronto el Circo cruza el Atlántico y llega a tierras europeas. El éxito les acompaña. Dos años después se instala el primer espectáculo fijo en Las Vegas, en el Mirage Hotel, y a partir de ahí, los reconocimientos crecen por todo el mundo.
Paso a paso el Circo del Sol ha ido abriéndose camino y hoy día (N.de R.: esta entrevista fue realizada en 2007) mantiene 13 espectáculos simultáneos –6 permanentes y el resto itinerantes– repartidos por diferentes ciudades del mundo. Cuenta con cerca de 3.500 empleados –sólo 3 han participado en todos los shows–, 800 de ellos artistas –la mayoría gimnastas retirados–, procedentes de 40 países que hablan más de 25 idiomas distintos, y de los cuales 12 son españoles. Junto a los protagonistas del escenario, la plantilla la completan otras muchas personas que atienden la taquilla, la oficina, la escuela y la cocina.Cuando uno sale del espectáculo tiene ganas de “comerse” el mundo
Sólo el espectáculo Alegría –del que han disfrutado más de 9 millones de personas en 50 ciudades– llegó a Madrid con 150 personas, 53 de ellas artistas procedentes de 14 países –2 de ellos han estado desde su origen hace 12 años con más de 4.000 actuaciones– que presentan 11 números donde se mezclan ejercicios de acrobacia, contorsionismo, equilibrismo, trapecios sincronizados, payasos o malabarismo.
Para montar el espectáculo 50 camiones movilizan 800 toneladas de material y equipamiento, en el que participan 40 técnicos y 100 ayudantes para el montaje que dura ocho días. En los trailers transportan 200 trajes, 300 pares de zapatos, 100 pelucas y 22 máscaras de pájaros.
Las cifras de los 22 años de historia de la compañía son espectaculares: 250 ciudades visitadas por todo el mundo y más de 50 millones de espectadores. Los ingresos también son sustanciales: hasta 350 millones de euros anuales, más que el presupuesto de una institución tan internacional y representativa como el Real Madrid (306 millones de euros para la temporada 206/07).
Los precios de las entradas oscilan entre los 28 y 65 euros, y a pesar de ello el sold-out es algo habitual en sus funciones. Como dato, y según la SGAE (Sociedad General de Autores Españoles), Dralion, el último espectáculo de la compañía representado en Madrid en 2004, recaudó algo más de 7 millones de euros en 62 sesiones a las que acudieron un total de 155.000 espectadores, lo que le situó en el segundo puesto de recaudación de las producciones escénicas en España. Estas cifras hacen una media por día de 2.500 espectadores y 113.000 euros de taquilla.
Hasta el momento, más de 2 millones de españoles han presenciado alguno de los cinco espectáculos representados en nuestro país por el Circo del Sol desde 1998.
Éxito = Originalidad + Calidad + Emoción
Tres son las claves que explican el éxito del Circo del Sol. Primero, originalidad; mezcla de circo, arte, danza y teatro, no copian y ofrecen algo diferente. Además, no dejan que la rutina les carcoma y se renuevan cada año. El objetivo del Circo es, con palabras de su fundador, “asombrar y dejar al público sin aliento”.
Segundo, la ejecución es excelente. La calidad es el sello de autenticidad de la compañía; no les basta un simple aprobado, van a por nota. La matrícula de honor es su objetivo. Para ello no escatiman tiempos ni esfuerzos en buscar a los mejores para desempeñar el personaje creado. Se pasean por los campeonatos mundiales de gimnasia como vivero de talentos. Dos requisitos son los deseados: condiciones atléticas –que sea un excelente gimnasta– y que además tenga expresividad –algo más complejo de conseguir– para dar vida a un personaje.
Y tercero, existe una “conexión emocional” con el espectador. Tocan los estados de ánimo. Cuando uno sale del espectáculo tiene ganas de “comerse” el mundo. Son muchas las sensaciones que experimenta el asistente mientras dura la coreografía. Todas positivas. El espectáculo es un puzzle de emociones donde los sentidos danzan con naturalidad. Son expertos en lo que hoy se conoce como “Marketing de los Sentidos”. Desde el nombre del espectáculo, Alegría, que lo dice todo, pasando por la iluminación –enorme transmisora de estados de ánimo–, el vestuario –lleno de colorido con lentejuelas, plumas, máscaras y abalorios que transmiten optimismo– y, sobre todo, la música, una banda sonora compuesta por René Dupéré –con más de 500.000 copias vendidas y dos discos de platino–, que se alimenta de ritmos musicales extraídos del jazz, el pop, el tango y el klezmer, utilizando instrumentos como el acordeón, el saxofón, el teclado o la guitarra, que han hecho de esta diversidad de estilos que Alegría sea el disco mejor vendido en la historia del Circo del Sol.
La suma de estos tres factores –originalidad, calidad y emoción– se puede resumir en una palabra: excepcionalidad. Todo tiene que estar perfecto, porque perfección es lo que vende el Circo del Sol. Todo está cuidado hasta el más mínimo detalle. Además de los números artísticos, el equipo técnico juega un papel determinante: “Es que no podemos dejar nada al azar, cada cable, pilote o tensor va en un sitio, y no vale unos centímetros más a la derecha o a la izquierda”, decía en cierta ocasión la Jefa de Logística de la compañía.La “excepcionalidad” siempre se traduce en una presión asfixiante que no es nada fácil de llevar
Sin embargo, todo tiene un precio. La “excepcionalidad” siempre se traduce en una presión asfixiante que no es nada fácil de llevar. En cualquier momento puede fallar algo y entonces la marca podría quedar dañada. Ello supone no perder la concentración ni un solo momento, ni antes ni durante la función; tener planes de contingencia que permitan reaccionar con agilidad a los imprevistos que pudiesen darse.
Las alabanzas que les rinde el imponderable público se repiten en todos los rincones del universo. Estos aplausos le han valido a la compañía canadiense para ser galardonada con más de un centenar de premios, uno de los últimos, el concedido el pasado mes de noviembre con motivo del encuentro “Madrid Escenario Mundial de la Creatividad” junto a personalidades como los fundadores de Google, el arquitecto Norman Foster, la bailaora Sara Baras, o la abogada Ela Bhatt, entre otros. Y es que Guy Laliberté ha contribuido a elevar las artes circenses al nivel de las grandes disciplinas artísticas.
Desde Executive Excellence apostamos por esas compañías únicas y singulares que saben desmarcarse de la “normalidad” haciendo de lo “extraordinario” su seña de identidad. Hemos contado ya con Ferrán Adriá; también con Agatha Ruiz de la Prada; y en este número charlamos con Mario D´Amico, vicepresidente de marketing de la compañía, número dos de esta innovadora organización que es a fecha de hoy un claro ejemplo de employer branding mundial.
FRANCISCO ALCAIDE / FEDERICO FERNÁNDEZ DE SANTOS: Cirque du Soleil es una organización que ha pasado por numerosos países y en todos ellos la crítica ha sido unánime. ¿Cuáles son a su juicio los factores explicativos de ese éxito?
MARIO D´AMICO: Es una buena pregunta y si supiese la respuesta, fundaría mi propia compañía de circo. Creo que ha varios factores explicativos. Cuando el Circo del Sol comenzó a funcionar como organización en 1984 su misión era sencilla y complicada al mismo tiempo. Los fundadores se propusieron inventar una nueva forma de hacer arte basada en la combinación de diferentes formas artísticas. Se quedaron con la esencia del circo –los acróbatas, los payasos, etc– y añadieron nuevos elementos como la danza moderna, la coreografía, la iluminación o la puesta en escena. El mix de todos estos elementos dio como resultado una nueva concepción artística que ha tenido gran eco en todo el mundo. Tener la visión de creer que de la mezcla de diferentes disciplinas podría surgir una nueva modalidad artística fue la esencia, a la que el público ha dado su aprobación.
F. A. / F. F-S.: El Circo del Sol vende excelencia, espectáculo y emoción. Ello les ha valido una imagen de marca envidiable, algo muy importante en un entorno tan competitivo como en el que vivimos; sin embargo, la presión de la excelencia es alta. ¿Cómo viven y gestionan la tensión de un show que vende excepcionalidad y que cualquier fallo puede volverse en contra?
M. D.: La presión crece cada año. En los primeros años de la compañía, cuando sólo teníamos un espectáculo de tournée que duraba algo más de un año, los riesgos de fracaso eran altos, aunque las consecuencias de ese fracaso quizás no eran demasiado altas. En la actualidad, tenemos 13 espectáculos, 7 en tournée y 6 es localizaciones fijas, y 3.500 empleados en todo el mundo de los cuales 800 son artistas. Las consecuencias del fracaso son ahora mayores aunque al mismo tiempo somos mejores en lo que hacemos. Creo que sabemos cómo crear un espectáculo que guste al público. No obstante, en el mundo del espectáculo nunca se puede estar seguro del resultado de un nuevo show. El público es quien tiene la última palabra. Vivimos con una presión constante a la que nos hemos acostumbrado y que nos ayuda a mejorar cada día.
F. A. / F. F-S.: Vds. crean un personaje y luego no escatiman ni tiempo ni esfuerzos hasta que dan con la persona adecuada; y además su búsqueda es mundial: se va allí a dónde es necesario. Atraer y retener talento son dos de las claves más relevantes para triunfar hoy día. ¿Cómo consiguen, en primer lugar, seducir a un potencial artista para que se incorpore a la compañía y una vez que acepta cómo consiguen retenerlo?
M. D.: Nuestra mayor dificultad reside en encontrar talento. Tenemos un departamento de casting al que llamamos “buscadores de tesoros”. Lo componen unas 60 personas y rastrean el mundo en buscan de artistas que quieran prolongar su carrera con el Cirque du Soleil. Visitamos las más importantes competiciones atléticas, ya sean de gimnasia o artísticas, así como otro tipo de eventos en muchos países. Hay otros potenciales candidatos a los que no tenemos la oportunidad de ver, ya que no somos omnipresentes, pero les invitamos a que envíen su CV a través de nuestro website mostrándonos sus habilidades y capacidad de actuar. Tenemos un banco de más de 10.000 artistas que intentamos mantener actualizado y que nos permite poder elegir a los más apropiados para nuestros shows.Nuestra mayor dificultad reside en encontrar talento. Tenemos un departamento de casting al que llamamos los buscadores de tesoros. Lo componen unas 60 personas y rastrean todo el mundo en buscan de artistas
Una vez que encontramos el artista idóneo, le entrenamos. Las personas que llegan a nosotros cuentan con talento atlético. No enseñamos acrobacia. Les enseñamos a ser artistas con las cualidades y capacidades que ya tienen. Les entrenamos para actuar en el escenario, a mostrar emoción, a hacer un papel o a desempeñar un rol determinado. Ésa es nuestra misión. Una vez que llegan a nosotros con sus talentos, les completamos.
En cuanto a la retención, no se emplea una política específica. Los motivas, los retas, les das papeles de mayor relevancia, y también se les proporcionan condiciones de vida muy favorables para asegurarnos que querrán firmar el contrato siguiente con el Cirque du Soleil. Por otro lado, al final del día, poner un gran público delante del artista es, en sí mismo, suficiente motivación para que hagan mejor su trabajo y continúen trabajando con nosotros.
F. A. / F. F-S.: En su organización conviven personas de más de 40 países diferentes. La gestión de la diversidad es una de las áreas de mayor interés en las organizaciones. ¿Cómo manejan esa diversidad, que si bien gestionada es una fuente de crecimiento notable, pero que puede desembocar también en conflictos si no se sabe tener mano izquierda?
M. D.: Creamos un entorno en el que los artistas se sientan cómodos con independencia de dónde vengan. Nuestro departamento creativo rodea a los artistas de personas que les sean útiles y les ayuden a integrarse en otra cultura. También les asignamos intérpretes que les aseguran la comunicación en su lengua nativa y la fluidez en la relación con los entrenadores y el resto de artistas. La clave está en facilitarles las cosas lo más posible para que puedan integrarse sin problemas. Les encontramos alojamiento en Montreal y nos ocupamos de todos los trámites de papeles, ya sean temas de inmigración, documentación oficial, pasaportes etc. Sabemos que los artistas son nuestra materia prima fundamental y tratamos que sean lo más felices posible.Sabemos que los artistas son nuestra materia prima fundamental y tratamos que sean lo más felices posible
F. A. / F. F-S.: Uno de los mayores enemigos de la excelencia es el éxito que conduce en muchas ocasiones al acomodamiento. ¿Cómo se consigue mantener viva la llama de la ilusión y las ganas de seguir mejorando, aprendiendo y superarse?
M. D.: Es una pregunta complicada. Existe una preocupación constante en el Cirque du Soleil por parte del equipo creativo. Un miedo que obliga a asegurarse que el nuevo espectáculo es mejor que el anterior. Ese miedo, cuando se gestiona adecuadamente, te ayuda a crear grandes cosas. Todos en el Cirque du Soleil somos conscientes de que siempre estamos a un paso del fracaso, aún habiendo tenido gran éxito en el pasado. El pasado no garantiza el futuro. La forma en la cual gestionamos esa preocupación y mantenemos un nivel de tensión adecuado y positivo que no se transforme en algo negativo, está basada en un delicado equilibrio del que son conscientes nuestros creadores y los gestores de los artistas.
F. A. / F. F-S.: En organizaciones donde hay muchos “genios” o “talento excepcional” (equipos de fútbol, por ejemplo) se corre el peligro que los egos y los personalismos prevalezcan al equipo. Vds. contratan a los mejores para cada número. ¿Cómo se gestiona eso para que no se convierta en un cáncer que acaba siendo tremendamente dañino para los equipos de trabajo?
M. D.: Ése es el trabajo de nuestros creativos y entrenadores en el Cirque du Soleil. Uno de los principios que se inculca a un artista desde su incorporación a la compañía es que cada espectáculo individual tiene un objetivo común: el éxito de la producción que se representa. No hay ningún individuo que tenga más importancia que otro. El logro individual está orientado al éxito colectivo. Ese concepto lo tratamos de transmitir al artista desde el inicio. La estrella del show es Cirque du Soleil y la creación o producción que se representa, no el artista individualmente.
F. A. / F. F-S.: En el Circo del Sol los vínculos entre los artistas exceden las meras relaciones profesionales y llegan a lazos mucho más estrechos. ¿Cree que el mundo del trabajo es necesario algo más que meras relaciones profesionales como ha sucedido con la selección española de baloncesto donde sus miembros se consideran amigos más que compañeros?
M. D.: Ciertamente, sí, al menos en nuestro caso, y especialmente en los espectáculos itinerantes. En algunos espectáculos, los artistas están viajando años, como es el caso de Saltimbanco, que está de gira desde 1992. La forma en la cual se estructura una tournée consiste en que todos los artistas que la componen viven, salen, juegan y trabajan juntos. Tienen los mismos días libres así que van a los mismos sitios. El concepto de una tournée fomenta lazos que están por encima de los que pueden existir en una organización más convencional, donde podemos trabajar juntos de 9 a 5 pero después cada uno va a su casa para estar con la familia y los hijos. Pero si estás de gira con el Cirque du Soleil, cuando acaba el espectáculo o el entrenamiento, vuelves a tu familia, que es la familia del Cirque du Soleil. Continúas con el grupo de 50-80 artistas con quienes convives en un mismo hotel o comes en la misma cafetería. Esta relación crea lazos muchos más intensos e importantes que los típicos de una relación laboral habitual.Creamos un entorno en el que los artistas se sientan cómodos con independencia de dónde vengan. Nuestro departamento creativo rodea a los artistas de personas que les sean útiles y les ayuden a integrarse en otra culturaF. A. / F. F-S.: Cuando algo tiene éxito inmediatamente la competencia hace acto de presencia e intentar replicar aquello que cala en el cliente. Por el momento, según nuestro conocimiento, no les ha salido ningún competidor como tal. ¿Qué lo explica?
M. D.: Sí, es curioso. Tienes razón cuando dices que el éxito en el mundo de los negocios se imita instantáneamente. Obviamente, sí tenemos competencia. Hay circos que hacen lo mismo que nosotros siendo modernos y no teniendo animales. Uno está en Québec, llamado Cirque Eloise. Aunque es cierto que nadie tiene el tamaño y la internacionalización del Cirque du Soleil. Tal vez la causa resida en la visión del nuestro fundador. Desde el primer día, incluso cuando sólo era una pequeña compañía, tenía una visión global de lo que hoy día es el Cirque du Soleil. Esa visión fue el motor del circo y puede que eso no lo tengan otros circos. La visión del fundador podría ser el factor explicativo.
F. A. / F. F-S.: Entendemos que si el Circo del Sol es una organización excepcional sus empleados estarán “muy bien remunerados”. ¿Qué factor juega la retribución como factor motivador?
M. D.: Es obvio que el salario es parte de la ecuación, pero no creo que sea lo único que motiva a un artista o a un empleado. Necesitamos ser competitivos con nuestros salarios y lo somos, especialmente en los espectáculos itinerantes. Sin embargo, creo que también es muy importante el crear un entorno donde el artista se siente capaz de expresar su arte. Creamos ese entorno y se da esa oportunidad. Si eres un gimnasta ruso de 22 años que sólo has vivido en tu pueblo y tus viajes se han limitado a asistir a competiciones, el Cirque du Soleil te da la posibilidad de alargar tu carrera 10-15 años en uno entorno con excelentes condiciones además poder ver mundo al mismo tiempo. Cubrimos unas 100 ciudades, y si eso es algo que quieres hacer como un artista para tu desarrollo profesional y personal, el Cirque du Soleil te lo ofrece.Es muy importante el crear un entorno donde el artista se siente capaz de expresar su arte
F. A. / F. F-S.: Dicen que “el éxito sirve de poco, sólo confirma nuestras expectativas; son los fracasos los que nos hacen avanzar hacia la excelencia”. Cuéntenos algún “tropiezo” que hayan tenido en los últimos años y del que haya extraído una lección importante.
M. D.: Hemos tenido pequeños contratiempos en los actos, pero no tengo en mente ningún fracaso como espectáculo. No obstante, desde el punto de vista de marketing, os puedo ilustrar un caso que dice mucho de esta compañía. La primera vez que salió de las fronteras de Québec, en 1997, iba a Notario cerca de las Cataratas de Niágara. Dado que el público sería mayoritariamente anglosajón, se decidió cambiar el nombre del circo y llamarle Circus of the Sun, la traducción literal de Cirque du Soleil. Ese espectáculo fracasó. Las razones probablemente son muchas, pero la lección que se extrajo, desde el lado del marketing, es que al llamarnos Circus of the Sun nos convertimos en un producto que no se diferenciaba del resto de los circos, mientras que manteniendo el nombre original conservábamos mejor nuestra identidad. Nunca más lo hemos cambiado con independencia de donde vayamos.
F. A. / F. F-S.: Para acabar Mr. D´Amico. A título personal, ¿cuáles son los factores que le motivaron hace 8 años para fichar por el Circo del Sol después de trabajar dos décadas en el mundo de la publicidad y el marketing?
M. D.: La mayoría de mi carrera en publicidad se desarrolló en un entorno creativo rodeado de personas creativas. Lo que me atrajo del Cirque du Soleil fue, en primer lugar, que su modelo de negocio era único. Segundo, la posibilidad de estar rodeado de personas creativas, y en muchos casos, personas creativas diferentes. En el mundo de la publicidad el objetivo habitual es vender un cierto producto de tu cliente. La gente creativa del Cirque du Soleil, los creadores de espectáculos, tienen alma de artista, igual que los grandes pintores o escultores. Los genios del mundo del arte creaban basándose en sus propias emociones y perspectivas; en su vida. Así es cómo se crea en el Cirque du Soleil, y esa creatividad fue una de las cosas que más me atrajeron de la compañía.
Entrevista publicada en Executive Excellence nº39 ene07